Cuando me dices te quiero...

Hay muchas formas de adicción en este mundo, la mayoría con alguna consecuencia en la salud o de alguna manera afectando el comportamiento con tu entorno.

Pudiendo elegir entre mil substancias, juegos o bebidas, las cuales por cierto nunca me han interesado, encontré en ti la adicción perfecta, ¿Qué puedes darme tú que sea lo suficientemente atrayente para evitar que pueda separarme?

Lo pensé mucho y entonces me di cuenta que tú, con el simple hecho de respirar en el mismo mundo que yo y saber que nuestros destinos coinciden, puedes darme todo.

Contigo mi experiencia en terrenos amorosos parece sólo un buen chiste, una lección o un camino que simplemente tenía que andar hasta encontrarte.

No hay punto de comparación de nadie y de nada con todo lo que existe en ti. Tu personalidad digna de uno de los más bellos ángeles, tu rostro que parece que Dios hizo a mano para darle uno de sus mejores regalos al mundo, me bendice con su mirada, me alegra con su sonrisa, me hace sentir agradecido por poder compartir contigo cada uno de los días.

Sé que es la primera vez que te escribo, pero también sé que eres un mar de inspiración que desde el primer instante que se cruzaron nuestros caminos sabía que quería recorrer.

Este proceso hermoso de conocerte me hace feliz, y me hace feliz no porque te diga que complementas mi vida, porque me siento completo. Y sentirme completo me abre las puertas de experimentar un sentimiento bello y nuevo y te abre la puerta a ti, a ese camino majestuoso y especial que nos espera si tú lo quieres, juntos.

Déjame entrar a tu vida y eliminar esos sentimientos de tristeza, convertir tu mundo en uno de ilusiones nuevas y en ese reino de felicidad te conviertas en la princesa de las sonrisas, la hechicera de los momentos mágicos y llenes todo nuestro mundo de tal paz que a través de ti sepa que somos uno, con dos vidas paralelas que se unen ante este gran sentimiento, ante esta gran cita que teníamos para encontrarnos.

Guarda estas palabras como promesa de lo que iremos cumpliendo uno de la mano del otro, enfrentemos retos y bendiciones los dos para construir algo sólido y especial porque lo que expresas me llena y hace soñar, cada que te diriges a mí me haces sentir único y en especial sabes que mi mundo es tuyo…

Cuando me dices te quiero.

Me hablan de tu existencia...

En el anecdotario de de las experiencias de todos les aseguro hemos descubierto la existencia de seres extraordinarios, que a veces con una simple mirada nos roban el aliento, nos quitan un suspiro, nos hacen transpirar y encender las fibras más ocultas de nuestros sentidos. 

Hoy vengo  a hablarles de uno de ellos.

He descubierto un ser maravilloso, sus características parecen vulnerables e incluso indefensas pero sin duda sólo un ciego de alma pensaría que eso es verdad, porque la fortaleza que esconden, pondría a vibrar el mismo centro de la tierra.

Dios cuando la creo le dio un nombre tan especial simplemente porque un corazón tan bueno tenía que ser admirado y reconocido como la más hermosa de sus creaciones.

Con una capacidad incondicional de sentir, de vivir, de hacer y de transmitir emociones y sentimientos hacia sus seres queridos y demás seres humanos, llenando al mundo con sus más bellas luces.

Dios la hizo así porque hay que cuidarla y no dejar que nada la toque para lastimarla. Le dio heridas para ser curadas, le dio heridas para ser aprendidas, le dio heridas para que en el momento correcto se dé cuenta que sólo son lecciones y vea frente a ella lo bueno que está ocurriendo.

Pero sobre todo le dio vida, que recibe y decide vivirlas transmitiendo sonrisas. 

¡Qué maravilla! 

Le dio esa capacidad de saberse única.

¿Cómo puede alguien ser tan perfecto para poder dar vida de tantas maneras? 

¿De cargar contigo hasta traerte al mundo? Sin condición ni interés propio.

¿Cómo puedes conocer a una de ellas y sentir que todo el tiempo que pasó sin conocerse fue tiempo perdido y tener hambre de vivirlo con ella?

Sé que ser mujer es un privilegio, un don, una bendición pero poder decir que venimos de una, y tenemos la capacidad de amar a otra como nuestra compañera, es el mejor regalo que podemos recibir de tan perfecto ser, y sobre todo a quienes valoramos su existencia sé que cuando me hablan del milagro perfecto, de la creación más bella, mujer…

Me hablan de tu existencia.

¡Felíz día de la mujer!

Una plática contigo...

Una plática contigo... 

Gracias por ser la única conversación a altas horas de la noche, por regalarme un buenos días en cada mañana, por dejarme descubrir en ti algo nuevo cada día a partir de un texto, de un sonido de tu voz, que convertidos en bendiciones inmortales que me brinda el conocerte se congelan como suspiros de tu alma que me hacen un bien especial. 

Y como no será especial si incluye tu persona, tu esencia y sobre todo si todo esto te conjunta a ti. Cómo negar que las horas pasan volando al rededor de nuestras letras si hasta el tiempo va de prisa por la alegría de compartir con tu tiempo esas sonrisas.

 Bien dicen que la Felicidad a veces se busca, o a veces llega, pero cuando llega sin esperarlo tú solo debes buscar mantenerla y a esto que me refiero y habla de ti, me hacen probarla.

 Te descubro en palabras o acciones de cada día, pretendo conocerte como radiografía de tu alma en cada una de tus expresiones. 

No recuerdo cuando, pero volviste irregular la rutina rara y aburrida, no recuerdo cuando empece a provocarte sonrisas como mi actividad preferida. 

Tal vez nunca lo recuerde o igual nunca lo describo pero si se que quiero seguirte conociendo y que siempre que termina quiero volver a tener... 

Una plática contigo.