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jueves, 10 de septiembre de 2015

Y que sea contigo...

Quisiera encontrar la manera que el mundo detuviera su girar como ocurre con mi tiempo, cuando te miro a los ojos.

No lo he encontrado y me parece injusto que el tiempo pase tan rápido cuando estoy contigo. Lo disfruto tanto que vuela y parece fugaz.

Pero todo lo que pasa cuando compartimos todo eso, se cristaliza y se vuelve eterno en nuestro corazón, en nuestra historia, que se sigue escribiendo.

Sabes que mi filosofía número uno es no romper una promesa, más cuando a quien se lo prometes es uno de los regalos más bellos que Dios te da, una bendición, un camino, una razón.

Pensar en tu nombre es abarcar en todo lo que describo un concepto perfecto de lo que eres.

Y si hablamos de conceptos, ayúdame a encontrar esto que siento un nombre digno de su grandeza, de su esencia, de su alma.

Pensé en el amor como solución, pero algo tan especial no puede encerrarse en ese concepto, que hoy en día, muchos desprestigian.

Me di cuenta entonces, que lo nuestro es único y tan original que sólo nosotros sabemos su grandeza.

Tan bello como el amor, a veces difícil como los mejores retos de la vida, puro como cualquier sentimiento que mereces, y de ese tipo de cosas que el mundo necesita para ser feliz.

Hoy comprendo que si de mundos hablamos, el mío es perfecto contigo y ante adversidades, triunfos, derrotas, logros y celebraciones, quiero que el tiempo siga pasando, nosotros creciendo y aprendiendo , que cuando me hablen de amor en el futuro pueda contar una historia…


Y que sea contigo.