La complicidad y conexión casi perfecta que conocí aquel
día que nuestros destinos se cruzaron, vuelve a ser presente en forma del
paisaje más bello.
Ese paisaje me hace ver, a través de ti, el mundo que
tanto me gusta y al que tanto quiero pertenecer. Ese que nace de ti y me inunda
y hace que mis mejores sueños se materialicen en imágenes perfectas que se
crean a partir de tus recuerdos, de las sensaciones que provoca tu presencia
cada que apareces en mi mundo, esos que siempre me han motivado a ir por más.
Cada paso que dí a nada se compara con los que pretendo
dar contigo, porque uno crece, los sentimientos maduran y siempre que imagino
una meta, las fuerzas y motivación necesarias emanan desde el brillo de tu
mirada.
Y es que esos ojos hacen que me pierda, que desaparezca
el tiempo y aparezcan en mi interior todos los sentimientos más positivos del
mundo y a través de ellos construyo una historia perfecta que tú me ayudas a
escribir.
Por qué no es necesario verte para sentirte, no es
necesario hablarte para conocerte, no es necesario reiterar mi apoyo ni decirte
que no estás sola por que tú, en esa magia que nos úne sabes de antemano que
preferiría dejar todo antes que a ti.
Déjame escribirte una vez más gracias a las señales que
pido y siempre aparecen de manera tan exacta. Déjame reafirmar que tu camino es
paralelo al mío aun sin tenerte cerca y aún en ese mar de cosas bellas, déjame
recordar lo malo, los errores que no cometería de nuevo con tal de tenerte
cerca.
Eres todo en una imagen que describe mil palabras, eres
todo en un sentimiento que constantemente se renueva esperando por ti, eres luz
y eres fuerza, eres magia y realidad eres mi oportunidad, como tu máximo
detalle, de dejarme ver el lugar más bello…
Desde los ojos más hermosos.