Que poderoso momento aquel en que nuestros caminos, por
alguna cuestión energética, religiosa, humana o inhumana de la vida nos puso en
este plano en el mismo lugar. Nos hizo caer, en ese momento de una manera
imperfecta, sin buscarla y que poco a poco tomo su lugar y me dio a conocer su razón
de ser.
Y entonces,
coincidí y caí en tus hermosos ojos, ventana y luz de tu alma y también de
pronto percibí en un segundo el brillo de tu sonrisa...
Increíble…ahí me quedé.
Que irónico momento, que hermosa oportunidad. Mi persona
que constantemente se alejaba de la sola perspectiva de volver a sentirse
hipnotizado por un ser tan hermoso , en este momento aceleraba el pulso y me llevaba
acompañado del sonido eterno, icónico y único que me generó la sensación de un
infinito y espectacular mundo lleno de opciones a partir del descubrimiento al
escuchar tu voz.
Tú no lo sabías, pero en ese momento busqué tu mirada, y
la encontré y mi mente me pedía que captara tu atención, y lo logré. Y también
me pedía que te hiciera sentir única y el sólo hecho de que mi cerebro lo asimilara
y te llevara de manera inconsciente a tomar confianza y sentirte segura sin que
tú lo supieras, me dio el sentido de responsabilidad de cuidar y valorar cada
uno de tus actos.
Y lo demás es historia. Una historia que ya sabes, que
consiste en transformación, cambios y agradecimientos. En guía y ejemplo de
bondad que yo sigo paso a paso hacia a ti. En momentos mágicos y discretos que
se acumulan en tu corazón y me hacen instalarme de manera sigilosa en tu
pensamiento.
Escribo este texto, no para platicarte una historia que
ya conoces y que seguramente tu cerebro capta y no se da cuenta. Te escribo
estas líneas desde el corazón que te cuida, y responsablemente me dice que te
lo advierta, porque cuando menos lo esperes te darás cuenta que estás locamente
encantada de lo que construimos juntos. Del proceso exacto que construyo para
ti en forma de camino para que nadie vuelva a lastimarte, para que tus pasos
sean firmes y sin dolor, para generar confianza y cariño puro. No desde la
perspectiva del amor superficial. Más bien, desde el amor del alma, ese que me
obliga diariamente a permanecer pendiente de ti.
Este amor es tuyo, tanto como mío, debes estar lista para
tu mejor y mi mejor versión porque te juro, que cada día que me mires y decida jugármela
nuevamente por ti, lo haré desde tu ejemplo de amor, bondad y solidaridad que
inició esta mágica historia.
La ecuación es simple y el resultado hermoso. Un día de estos,
no tan lejano, lo prometo, despertarás y sin darte cuenta notarás que eres
feliz, sabrás que algo lo provoca y así, tan inocente y especial como lo es tu
corazón entenderás de una vez por todas que mereces la mejor historia de tu
vida y que a partir de mi respeto, pasión y consciencia por mi vida y por la tuya desde el camino entrelazado de
nuestras almas y como nunca…
Serás amada.