Hoy conecté con mi fe como tenía tiempo que no lo hacía.
En una mano, donde llevo la mejor promesa, tenía tomado
también el mejor motivo.
Pedí, de corazón, que crucemos el umbral de lo infinito.
Qué este momento se convierta en vida, por siempre.
…Siempre…
¿En qué momento siempre se volvió jodidamente
insuficiente? como bien lo cita un autor, que seguramente, vivió enamorado.
Vivió feliz, y sintió en plenitud de su corazón y más allá de su alma, lo que
yo siento contigo.
Carajo…Rompes todas las leyes del tiempo, de la física e
incluso de la magia, que conocemos y que no. ¿Y cómo no? Si eres su
representación pura.
Admiro cada cosa de ti, cada una de tus acciones del día
me hacen sentirme orgulloso de quien eres, de lo que soy contigo, y de lo que
somos juntos.
¡Mírate! Y hazlo bien, por qué entenderás mucho de lo que
yo siento. Y tal vez, el mundo entienda en estas líneas el porqué de enamorarme
de esta manera de ti, mi única verdad.
Me equilibras y nutres mi vida, me das la posibilidad de
llevarte a ese nivel donde los verdaderos amores llegan, donde tú has llegado y
me has abierto el panorama.
Sí, rompiste paradigmas, hoy vives en el centro de mi
corazón, como ese recuerdo imborrable, como esa ilusión eterna, como mi gran
amor.
Hoy estoy consciente y claro, que el amor toma una forma
divina, si es contigo. Que todo aquello que cuentan es corto si estás tú, porque
eres la grandeza, en todos y cada uno de los rubros que tocas, así como tocaste
mi mano e invadiste mi universo.
Eres mi gran promesa, mi responsabilidad y también mi
protectora. Eres todas esas experiencias que vivimos y creamos pero sobre todo,
eres ese regalo de la vida.
Y has sido enviada para hacerme feliz.
Seamos eternos, que ahí, donde está todo lo que no conoce
el hombre, está tu amor, preparado para ser ejemplo.
Qué se pare el mundo y que todos se enteren que eres…
Mi bendito destino.
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