El universo, tuvo en ti, la misión perfecta del milagro de
la vida, desde que alguien, fue para ti, ese mismo milagro.
Vienes y haces el mundo tuyo. Con tu magia, iluminas el
corazón de tu herencia y no conforme con eso, en ocasiones, iluminas el corazón
de muchos más, que con tu bondad, sencillez y calidad humana, hacen tan suyo,
algo tan mío, pero que sin duda, por más suyo que lo adopten, entenderán, este
gran amor que te tengo.
Y que oportuno hablar de amor; Más cuando el amor se
encarna en tus ojos, en tu belleza infinita y extrema, pero sobre todo, cuando
el amor se vuelve amor a través de la pureza de tu alma.
¿Hay algo que no hagas bien? Por que tu existencia parece
tan perfecta, que cuando te he visto llorar, o sufrir, me siento impotente, y
me pregunto : ¿Cómo alguien tan bueno puede vivir en la libertad de romperse?
Y en el equilibrio y paz de tus enseñanzas lo entiendo
todo. Por que tu vives para guiar a quien viene detrás de ti, por este camino
llamado vida.
Hablaré de lo bueno, claro, por que sé que también hay
ratos malos, pero pasajeros, por que tu infinito perdón y mis infinitas ganas
de no alejarme de ti nunca, siempre harán, que de una u otra manera encontremos
el camino para estar mejor.
Gracias, mamá, por el sentido de mis días. Por el mensaje
universal de un amor tan incondicional que nunca podremos tocar en la vida, más
que a través de tus manos.
Pero sobre todo, gracias, por elegir entre todos los dones
de este mundo, el poder crear un nuevo ser. Por qué no te conformaste con ser
perfecta por ti misma. Quisiste dejar en el mundo, tu legado eterno, que de tu
mano, podrá dar al mundo a través de alguien más, una parte de ti.
Eres un universo, el mío. Y con eso me basta, por que eres
un milagro, y ese milagro inicia en ti, por que contigo inicia…
El hilo de la vida.
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